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EILEEN GRAY

Sembrando las bases del movimiento moderno

Muchas veces hemos nombrado a mujeres en este apartado de Personajes Célebres del Diseño que, por su contexto histórico, no recibieron todo el reconocimiento que merecían hasta muchos años después. Hoy rompemos con esto al hablar de Eileen Gray. Ella fue una de las primeras mujeres reconocidas a nivel internacional por sus aportaciones al diseño.

Un estilo propio alejado de cualquier tendencia

Eileen, además de diseñadora, era artista por vocación y formación, lo que se trasladó a unos diseños originales y diferentes, que aunaban tradición artesana con lo más avanzado de la época.

¿Cómo una alumna de Bellas Artes de la Slade School acaba siendo todo un referente del diseño industrial? Su trayectoria artística comprende pruebas con la laca asiática japonesa que perfeccionaría posteriormente con el artista japones Seizo Sugawara.  Pero un viaje a Paris lo cambiaría todo. En 1.900 visitaría la Exposición Universal donde el Art Nouveu la cautivó y en 1913 ya había consolidado su reputación con una exposición de clara influencia Art Decó en el Salón des Artistes Décorateurs en Paris. En sus obras se encontraban influencias de este movimiento a través de materiales lujosos, marfil, pieles y ornamentos típicos del estilo.

Pero pronto Eileen descubriría su camino, y, a pesar de que ella no tuvo el apoyo con el que contaban sus colegas masculinos, logró hacerse un hueco y destacar en el mundo del diseño industrial, llegando a ser toda una visionaria con un estilo totalmente propio.

Nunca hubo dos creaciones iguales, Eileen huía de corrientes y estilos, ella era independiente, libre, única. Diseñaba acorde a lo que ella sentía y pensando en quien recibiría esa pieza. Ella abogaba por un diseño sencillo, auténtico y sin artificios, creaba piezas para el bienestar asentando así las bases del movimiento moderno en el diseño.

mobiliario eileen gray exposición nueva york

Eterna Eileen Gray

Así era Eileen y así son sus piezas en la actualidad, cargadas de intención y modernidad, con un propósito claro.

Un ejemplo es el sillón Bibendum, uno de sus diseños más conocidos y de con un curioso origen al ser inspirado por el famoso muñeco de la marcha Michelin. Además de cuidar la estética Eileen buscaba un asiento cómodo.

También es reconocida su Mesa Ajustable E1027, creada en 1927 y que, sin saberlo en esos momentos, era ya un avance del diseño de los años 60 en cuanto a formas, simetría y elegancia.

Además diseñó alfombras, biombos en los que se podía ver su talento con la laca e incluso viviendas como la Maison en bord de mer y Tempe à Pailla, que compartían la misma premisa que sus diseños: sencillez y eficacia.

Algunos de los diseños de Eileen han cumplido o están cerca de cumplir los 100 años y sin embargo su obra perdura, amueblando nuestros espacios más actuales. Y ¿no es esa la característica principal del buen diseño? Crear mobiliario diseñado para perdurar en el tiempo manteniéndose deseable en él.

Para terminar, os dejamos esta frase de Eileen que a nosotros nos motiva en nuestro día a día y no solo por compartir con ella la pasión por el diseño:

«Para crear, primero hay que cuestionarlo todo».
Momocca Design